En el mes previo al anuncio de las retenciones móviles, el 11 de marzo pasado, las principales cerealeras que operan en el país se apuraron a tramitar una avalancha de permisos de exportación, con la intención de pagar menos impuestos. Según la base de datos de la AFIP, en febrero se documentaron exportaciones de residuos de soja –el mayor rubro de exportación– por 2,6 millones de toneladas, 70% más que en igual mes del año pasado, y casi 80% más que el promedio de exportaciones para febrero en los últimos tres años. En sólo los primeros nueve días de marzo, en tanto, se efectivizaron, siempre en cantidades, casi tantas exportaciones de soja como durante todo el mes de marzo del año pasado. Durante el verano ya corría el rumor de que, con los precios internacionales por las nubes, el Gobierno estudiaba una suba de las
retenciones a las exportaciones. Sin embargo, el Gobierno cerró el registro de exportaciones sólo un día antes de los anuncios, facilitando las maniobras para burlar al fisco.
Las seis principales cerealeras que operan en la Argentina son las multinacionales norteamericanas Cargill, ADM, Bunge, Nidera y la francesa Dreyfus. Con ellas conviven jugadores locales, como Aceitera General Dehesa (A.G.D), del senador oficialista Roberto Urquía. Los productores agrícolas se quejan de que son los grandes actores del negocio y que siempre salen ganando. Incluso cuando el Estado aumenta las retenciones a las exportaciones. Por eso, la Federación Agraria rechazó de plano el increíble proyecto del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que días atrás, en medio de las negociaciones, propuso una Junta de Granos manejada por las grandes
cerealeras con la excusa de garantizar el precio pleno a los chacareros. Conocida como el “Plan Cargill”, la propuesta quedó archivada.
Las subas de retenciones parecen ser un buen estímulo para las
cerealeras, que por esas cosas del destino siempre registran un boom de exportaciones en las semanas previas a los anuncios oficiales. En base a información del Sistema María, surgen los siguientes datos:
* En el primer bimestre, se registraron permisos de exportación por 5,2 millones de toneladas de “residuos de soja”, un 46% más que en igual período que el año pasado. Pero sólo en febrero, el registro fue 67,8% superior a igual mes de 2007.
* En los primeros nueve días de marzo, junto antes del anuncio de las
retenciones móviles, se efectivizaron exportaciones por 1,1 millones de toneladas, frente a los 1,4 millones de todo marzo de 2007.
* En aceites de soja, el segundo rubro en importancia del complejo sojero, en el primer bimestre, el registro de exportaciones creció 98% en volumen: 172% en enero y 48% en febrero.
BAJO LA LUPA. No es la primera vez que las empresas cerealeras se anticipan a un incremento de retenciones en la administración K. El 7 de noviembre último, cuando se dispuso la anterior suba –del 27,5 al 35%– estalló un verdadero escándalo. Se descubrió que el selecto club de comercializadoras de granos había presentado ante la Secretaría de Agricultura casi media cosecha de “Declaraciones Juradas de Venta al Exterior” en las semanas previas, con la intención de congelar esas exportaciones con el anterior nivel de retenciones y de precios. Las
retenciones se pagan cuando se concreta el embarque de granos. Pero hasta entonces la alícuota era la vigente al momento de declararse la operación ante Agricultura.
Aquel affaire derivó en la discusión de un proyecto de ley en el Congreso, impulsado por el diputado demócrata progresista
Rafael Martínez Raymonda, para dar marcha atrás con la maniobra por la que esas compañías se ahorraron de desembolsar entre 500 y 1.000 millones de dólares al Estado. La ley aprobada, con una polémica modificación en el Senado, estableció que para la presentación de las declaraciones juradas de ventas los comercializadoras debían demostrar haber comprado el cereal, caso contrario regiría el nivel de retenciones al momento del embarque.
Sin embargo, la norma nunca fue reglamentada. Por eso hay dudas sobre su vigencia. En la Aduana dicen que “el espíritu de la ley” se está aplicando. Y aseguran que las “avivadas” de las cerealeras serán revisadas con esa ley en la mano.
La cuestión no es menor porque hay miles de millones de pesos en juego. Ayer, el ex diputado Mario Cafiero y el abogado
Ricardo Monner Sans denunciaron en un juzgado federal que las cerealeras acumulan Declaraciones Juradas de Venta al Exterior de soja ante la Secretaría de Agricultura por 92 millones de toneladas, equivalentes a dos cosechas. Si no se aplicara la nueva ley, la mayor parte de las exportaciones por el próximo año y medio tributaría una escala de retenciones incluso inferior al 35 por ciento.
Otra tema que discuten por estos días los expertos es si el valor que se toma para calcular las alícuotas es el precio de exportación al momento del embarque o el que declaró la cerealera al registrar la venta ante Agricultura. Si la retención móvil se pagara sobre el precio del día del registro, entonces habría otra millonaria transferencia de ingresos. Las cerealeras compran el grano a los productores a la cotización internacional menos la retención. Pero en octubre ese precio era de 350 dólares la tonelada, mientras que el precio esta semana rondaba los 460 dólares. Si la exportadora abonara la nueva alícuota de la retención sobre el precio original, entonces saldría ganando porque el incremento del precio internacional más que compensaría el incremento de la alícuota. Y perderían los productores, que vendieron “barato”, junto con el fisco.
En la Aduana, insisten con que la regla será que al momento del embarque las cerealeras paguen siempre el precio más alto, ya sea al momento de declarar o de concretar la exportación.
El listado negro de operaciones con los granos•Entre los operadores de granos, es un secreto a voces que el club de las seis principales cerealeras maneja los precios a su favor. La operatoria consiste en planchar el valor FOB (valor de exportación puesto en el barco) de la tonelada que percibe cualquiera que quiera exportar. Se aseguran así de que no haya otra forma de exportar granos del país que no sea a través de sus servicios. El jueves, por tomar un día, el precio de la tonelada de soja en el mercado interno era de 900 pesos o 280 dólares. Ese valor resultaba casi igual al valor oficial fijado por la Secretaría de Agricultura una vez descontadas las retenciones móviles. Pero los operadores que buscaran vender su producción al exterior directamente conseguían un precio menor, 265 dólares la tonelada.
• Cuando el Secretario Guillermo Moreno cerró las exportaciones de trigo, el precio interno se desplomó. Las exportadoras compraron y acopiaron. Cuando se reabran las ventas externas, venderán caro el trigo comprado barato.
• Gran parte de las exportaciones de las cerealeras son ventas a sus filiales en el extranjero. Más del 60% de las exportaciones de Cargill, por caso, son ventas a su filial de Uruguay. Se sospecha que a través de los precios registrados en esas operaciones las cerealeras giran sin declarar utilidades al exterior.
• En el mercado aseguran que las cerealeras registran como importaciones transitorias algunas partidas de granos provenientes del NEA. Señalan puntualmente producción de Chaco que viaja por el Paraná y se registran en los puertos propios que tienen en Rosario como importación. Luego la exportan y se ahorran las retenciones.
Quiénes son las dueñas del mercado•La norteamericana Cargill es la mayor comercializadora de granos del mundo. En la Argentina, es la empresa que más factura. El año pasado tuvo 2.343 millones de dólares de ganancias a nivel mundial, 52% más que el año anterior.
•Dreyfus, con sede en París, tiene una matriz de negocios tan diversificada que abarca telecomunicaciones y operadoras inmobiliarias. Con 75 oficinas en 53 países, opera en los principales mercados de commodities, donde concentra el 15% del volumen del mercado mundial.
• Noble Argentina es la pata local del Noble Group. Es un grupo con sede en Estados Unidos y registra 258 millones de dólares en ganancias netas. Desde los granos se diversificó a la energía.
•Bunge Argentina, la subsidiaria de la multinacional estadounidense Bunge, se dedica a los granos, aceites y fertilizantes. El año pasado mostró 778 millones de dólares de ganancia neta.
•ADM Argentina es la filial de un grupo que en Estados Unidos tiene tanto peso como Cargill.
•Nidera opera en 21 países. Se dedica a los aceites, semillas y la bioenergía.
•Toepfer es la subsidiaria alemana del grupo con base en Hamburgo. Opera en todos los continentes.
•ACA, Asociación Cooperativas Argentinas, es uno de los dos grupos locales. Es una cooperativa con sede en Rosario. AGD, Aceitera General Deheza, propiedad de la familia Urquía, es el principal productor de aceites.